Este mes conmemoramos dos fechas importantes para nuestra comunidad: el 10 de septiembre, Día de la Terapia Ocupacional y el 17 de septiembre, Día del Psicopedagogo.
Los terapistas son los profesionales que usan terapias basadas en actividades de cuidado, trabajo y juego para incrementar la independencia y el desarrollo de las personas con algún tipo de discapacidad o disfunción. Entre las alternativas, se incluye la adaptación de tareas o del entorno para alcanzar la máxima independencia y para aumentar la calidad de vida. Se instituyó este día a partir de la realización, en 1985, del 1er Congreso Argentino de Terapia Ocupacional en La Rioja.
Los psicopedagogos son aquellos profesionales que se dedican a diagnosticar y tratar los trastornos de aprendizaje así como de cualquier otra alteración del comportamiento de las personas, buscando facilitar los procesos de aprendizaje. Esta fecha se conmemora en honor a Jean Piaget, psicólogo suizo, cuyos estudios sobre el desarrollo intelectual y cognitivo de los niños fueron de gran importancia.
Victoria Villanueva, asistente de comedia musical de la sede CABA, es psicopedagoga. Le preguntamos qué significa para ella su profesión, cómo encontró su vocación y cómo se potenció al sumarle la mirada desde el arte:
“Desde pequeña transité por espacios donde primaba la música, el arte, lo creativo, el teatro, el canto y el movimiento como expresión corporal. En mi juventud también participé en lo comunitario, actuando y jugando con niños y niñas de las diferentes escuelas/barrios de mi ciudad natal (Venado Tuerto, Santa Fe). Por aquel entonces, no tenía contacto con lo que era la psicopedagogía. Luego de varios años en la Ciudad de Buenos Aires y, de estudiar Teatro Musical, continuaba con esa curiosidad del ámbito comunitario y quería formarme y aprender acerca de la niñez, su desarrollo y cómo potenciarlo, entre varias otras cosas. Y fue así que me topé con la UNSAM y con la Licenciatura en Psicopedagogía, que parecía ser el camino que iba ofrecerme alguna de las respuestas que buscaba. Desde ya que transitar una carrera no es un aprendizaje acabado y el verdadero desafío se encuentra en el mundo laboral, es decir, en la vida misma. En una materia partimos al encuentro de instituciones inclusivas y fue así como conocí a la Compañía de Arte Inclusivo Las Ilusiones. Encontré en este maravilloso mundo naranja un espacio para continuar creciendo tanto profesional como personalmente. Y eso ocurre hace tres años. La psicopedagogía me acompaña en lo cotidiano, en mi trabajo y en mi vida, me permite tener una mirada amplia, diversa y a la vez profunda sobre las personas. El transitar, al mismo tiempo, por el mundo del arte posibilita el pensar las intervenciones creativas, artesanales y lúdicas. Es clave entonces pensar en el juego, lo lúdico, como motor de aprendizajes saludables. El rol del psicopedagogo es necesario, atiende a demandas múltiples, teniendo en cuenta el aprendizaje y el desarrollo de distintos grupos poblacionales, posibilitando así, una sociedad con más equidad e inclusión. Parte del desafío de la profesión es continuar reflexionando acerca de la inserción del psicopedagogo en distintos ámbitos para lograr intervenciones eficaces y de calidad, que potencien el desarrollo integral, dando oportunidades para desplegar las posibilidades de aprendizaje”.
Cintiha Ávila, vicedirectora, nos contó por qué eligió la carrera y cómo es para ella vivir esta profesión: “Me motivó a estudiar Psicopedagogía la idea de llevar adelante distintas formas de enseñar y aprender, entendiendo que todas las personas en situación de aprendizaje son singulares y, por ende, tienen diversos tiempos y herramientas para estimular y fortalecer. Desde mi rol, me apasiona hacer que la acción de aprender sea un momento de disfrute que impulse a las personas a crecer como sujetos autónomos. Hoy llevo adelante mi profesión ejerciéndola en consultorio privado con pacientes en tratamientos individuales que me invitan a reinventar mi rol permanentemente, desafiándome a construir una psicopedagoga cada día más creativa en un vínculo en el que aprendemos mutuamente“.
Nacho, por su parte, quien pasó por la carrera de Terapia Ocupacional sumó su mirada: “mi experiencia de los primeros años de la carrera, me hizo ver que esta profesión es tan amplia que permite entender al sujeto desde un montón de variables y, sobre todo, en su potencialidad. Creo que es una de las carreras que más profundiza en lo que es la persona y en lo que quiere ser, analizando, de manera sistémica, todo el entorno, incluso a nivel familiar”.
Saludamos a todos los profesionales de estas hermosas carreras que, día a día, suman pequeños grandes logros, potenciando el desarrollo de grandes y chicos, creciendo junto a ellos y reafirmando que no tenemos límites.