Por Juan Ignacio Acosta
La cuarentena nos lleva inevitablemente a estar en un mismo espacio. Sin duda influirá el tamaño de cada hogar, pero a nadie les es ajeno la monotonía espacial que se vive al quedarnos obligatoriamente a nuestras casas. La inmovilidad puede ser perjudicial, sobre todo cuando la inacción, ya sea sentados o acostados, es por tiempos prolongados.
Antes de la pandemia, teníamos lugares diferentes para actividades distintas: la oficina para el trabajo, un lugar recreativo para las actividades de ocio, el gimnasio o club para hacer deporte, el consultorio para las terapias, etc. En esta modalidad de cuarentena, todas las actividades las realizamos en casa. Ya no es posible marcharse cuando se hace la hora y cerrar la puerta para emprender el retorno al hogar. Ahora todos nuestros quehaceres se llevan a cabo en un mismo sitio, siendo también compartidos los espacios y los tiempos. Seguramente a más de uno le sucede coincidir en horarios con algún integrante más de la familia.
Como ya lo hemos mencionado debemos encontrar un equilibrio en nuestras ocupaciones. Adolf Meyer describe la importancia de esto a partir del concepto: “equilibrio de las cuatro extensiones: trabajo y descanso, juego y sueño”. Este autor opina que a las personas se les debe dar la oportunidad para que organicen su tiempo en rutinas normales de vida, especialmente en el trabajo. Y argumenta: “el hombre debe satisfacer sus necesidades interpersonales logrando como resultado bienestar físico y psicológico”.

Algunas ideas -ya conocidas- para llevar esto adelante son: establecer una rutina diferenciando los días de semana de los fines de semana, al levantarse cambiarse de ropa y no quedarse con la ropa de dormir, respetar los horarios de cada comida, entre otros consejos para que la cuarentena no se torne agobiante.
Para quienes trabajan al teléfono tienen la opción de realizar los llamados mientras se camina un poco por la casa, también ayuda salir de tanto en tanto al balcón, al patio o al jardín -si se tiene espacios libres en el hogar-. Además reformular nuestra “oficina”, “sala de estudio”, “comedor” ubicándola en distintos ambientes: cambiar de vista, de silla, no comer siempre en la misma mesa, si se tiene un espacio “verde” hacer un picnic, colaborar con pequeñas modificaciones para que la rutina se vuelva más positiva. De la misma manera que le pediremos a nuestro entorno o familiar adaptaciones, también nosotros podemos aportar las nuestras para hacer más ameno el tiempo de confinamiento.
¿Qué hacer con nuestros hijos o familiares con discapacidad intelectual?
Aunque estén conectados a la computadora para estudiar o para sus clases en las distintas apps, también se recomienda cambiar de lugar con cierta periodicidad. ¿Cómo hacer para que no se instalen sentados o acostados todo el tiempo? Un buen consejo es involucrarse en actividades significativas: qué ropa elegir a la hora de vestirse, qué comer y su elaboración, ordenar el hogar: la ropa propia del placard, separar las prendas por color, por tamaño, por temporada, etc. Puede ser una tarea distinta para que cada joven pueda diferenciar gustos de acuerdo a sus potencialidades. Si bien sus tiempos de concentración pueden ser cortos, es importante que demos la oportunidad para desarrollar su comunicación y sociabilización, haciéndolos sentir parte activo de su grupo familia. Es preferible plantear objetivos diarios y disfrutar con los pequeños logros para mantenerlos motivados.
Un buen consejo es leer cuentos cada día. Esto mejorará el lenguaje y su capacidad de concentración. Las fábulas son un ejemplo de relatos entretenidos y didácticos para aprender sobre la vida cotidiana y también una excusa más para tener momentos en familia alejados de las obligaciones; puede ser un momento para fortalecer los vínculos en estos tiempos y de esa manera cultivar el buen ánimo.
La situación que estamos viviendo es extraordinaria por lo que, nuestra cotidianidad, requiere de un esfuerzo extra para ganar hábitos saludables que generen una mejor dinámica vincular y, por consiguiente, un mejor entorno.