Por Juan Ignacio Acosta
Hace cinco días el influencer Santi Maratea, quiso instalar el debate (como si fuese productivo) sobre la palabra “mogólico”, preguntando en sus redes sociales si ésta era un insulto. La respuesta categórica es Sí. Ahora bien, la forma que eligió fue buscando el chiste. Según él quiso hacer una humorada, y el debate quedó abierto en las redes sociales. Está claro lo perjudicial que fue para todo un colectivo, que necesita ser visibilizado a partir de las potencialidades, esta clase de juego, en donde el “humor negro” termina siendo una burla, y se la utiliza para “herir” al otro a partir de realidades, condiciones o características del sujeto. Luego, cada uno, desde su singularidad sale a defender o denostar lo que cree y la lucha de las personas con síndrome de Down se ve perjudicada.
La Asociación Síndrome de Down de la República Argentina (ASDRA) ha afirmado en varias ocasiones que: “La palabra mogólico usada como insulto tiene un fuerte impacto sobre la dignidad de las personas con síndrome de Down, quienes son estigmatizadas por una palabra que en el uso actual esconde la perversidad de pensamiento binomio respecto de qué es normal y qué no. El término mogólico es una tergiversación del término mongólico que, a su vez, viene del mongolismo, concepto del médico John Langdon Down en 1866 para describir el síndrome de Down por las similitudes en los rasgos de las personas con síndrome de Down con los mongoles. Cuando decimos la palabra mogólico, en muchos casos sin saberlo, hacemos referencia a este origen. Dicha palabra suele usarse para insultar haciendo referencia a la falta de inteligencia de la persona a la cual se dirige. El síndrome de Down no es una enfermedad sino una característica de algunas personas. Es parte de quién la persona es (como su estatura, sus gustos, etc.) Cuando se busca insultar a alguien diciéndole mogólico, se asume que hay algo de malo en ser una persona con síndrome de Down”.
Desde Las Ilusiones repudiamos los dichos de cualquier persona respecto de la utilización de la palabra “mogólico” como insulto e inclusive como definición o igualación de las personas con síndrome de Down. Jugar, reírse, hacer chistes y demás respecto de esto es totalmente discriminatorio y un acto violento al colectivo de personas con discapacidad y especialmente a las personas con síndrome de Down.
Como reflexión final, invitamos a pensar qué es lo que causa gracia, por qué aún en el siglo XXI y con el acceso a la información que tenemos, la gran mayoría de la sociedad sigue juzgando, desconociendo, o inclusive invisibilizando todas estas premisas. Debemos ser cautos en nuestras acciones porque no sabemos el poder que tenemos con ellas y quién está del otro lado. Hacer el ejercicio de la empatía sería un buen principio.
Totalmente de acuerdo!!! Gracias
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