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La motivación, una herramienta valiosa en tiempos de cuarentena

Por Juan Ignacio Acosta

La extensión de la cuarentena puede ocasionar desmotivación y una mayor ansiedad. De alguna manera ambas comienzan a friccionar entre sí ocasionando vaivenes emocionales que no permiten focalizar en intereses propios y generan una importante pérdida de tiempo, impidiendo encauzar la energía necesaria en la realización de las tareas diarias.

Una buena metáfora para ilustrar este momento es aquella que explica a la mente como una gran represa, que un buen día abrió las compuertas y los ríos rebalsaron sin saber cuándo se volvería al cauce habitual. A diferencia de lo que se piensa sobre la pandemia, en la que se asume que las aguas están calmas, en cuarentena están más movidas que nunca.

En este sentido, la motivación puede ser un factor clave para encontrar la armonía y el equilibrio necesario, ya que conducen a ocupar el tiempo libre de forma positiva. 

Es importante estar atentos a los signos y conductas de las personas con discapacidad intelectual y dar lugar a los gustos personales, para que el aburrimiento, el decaimiento o el desgano no los abrume. Ellos no están ajenos a estos sentimientos.

Según el grado de entendimiento que posean de la realidad les es más fácil o no comprender lo explícito que es estar encerrados. Sin embargo, en tiempos de cuarentena, despertar nuevos intereses pueden convertirse en la chispa a mantener encendida las capacidades cognitivas. Y para eso se pueden potenciar los quehaceres conocidos que gustan y contribuir para que aparezcan acciones nuevas. La novedad será la gran búsqueda por mantenerlos sanos, activos y motivados.

Como la libertad de movimiento se encuentra limitada, la capacidad de adaptación se encuentra a prueba. Hay ciertos parámetros a mantener para facilitar la armonía, optimizar la energía y permitir el espacio para que surja la creatividad y la sorpresa. Como señala la psicóloga Ana Woolfolk: “la motivación mantiene nuestra conducta”, y por eso es importante resguardarla y cuidarla.

Una buena actividad para comenzar la mañana es, durante el desayuno, dedicar quince minutos a anotar las tareas del día. Aquellas que formen parte de nuestra rutina las debemos mantener y fijar, pues hacer esto genera organización y estructura en personas con discapacidad intelectual. Simultáneamente y en conjunto, se puede pensar una actividad hogareña plausible de llevar a cabo y un tanto más novedosa.

Para cultivar la motivación es preciso no estar exigidos, y encontrar espacios de desconexión: descansar un poco, hablar con amigos, realizar alguna actividad como leer, pintar, hacer manualidades, tomar una clase a distancia de teatro o danza, entre muchas otras cosas.

Una manera de estimular la creatividad – y fomentar la motivación – es pensar en aquello que hacíamos cuando éramos chicos y no existía la tecnología, como juegos de cosquillas, balanceos, juegos de pelota, embocar el corcho en un vaso, juegos de dado o de mesa, etc.

La cuarentena es una buena oportunidad para apreciar los pequeños encuentros favoreciendo al desarrollo de una jornada productiva. De este modo se genera un círculo activo que propicia calidad de tiempo para cultivar una vida sana y creativa. 

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