Último viernes del mes, con la historia de Ale, artista de la sede Lanús, a través de las palabras y vivencias de Patricia, su mamá.
Cuando nació Alejandro vivimos el shock que viven la mayoría de las familias con la noticia. No sabíamos que íbamos a tener un hijo con Síndrome de Down, no teníamos ningún conocido ni ningún familiar ni allegado con esa condición. Así que fue como el abismo, no saber a dónde estábamos parados. Por suerte nos duró muy poquito el shock, porque vino a vernos a la clínica una persona de ASDRA y nos contó de su hija, nos habló como padres y, la verdad, nos ayudó un montón. También yo tuve mucha contención de mi obstetra y del pediatra, que era el mismo de mi hija de Melisa, que también me habló; fueron muy contenedores todos, con lo cual, pudimos salir adelante y muy pronto entendimos que era un hijo más, y que íbamos a tener que tener más paciencia y respetar sus tiempos. Empezamos con estimulación temprana y, como Alejandro nació con muy buena salud, tuvo sólo las cosas habituales de cualquier niño. Fue desarrollándose con sus tiempos de gateo, caminó al año y medio, comenzó a hablar sus primeras palabras a los 2 años y medio y así fue transcurriendo su niñez. Pudimos ir a un jardín integrado, donde había ido mi hija mayor y lo integraron de manera excelente, nos recomendaron que repitiera el preescolar y eso ayudó a que ingresara a primer grado un poquito más maduro. En segundo grado lo cambiamos a una escuela que tenía un proyecto de integración parcial, el Instituto Tognoni, donde hizo toda la primaria y cuando terminó, hicimos una integración parcial en una secundaria que coordinaba con el Instituto. Ahí en el Espíritu Santo hizo la secundaria (o lo que ellos llaman post primario) y luego de esos 5 años hizo el “tercer tiempo”, que era una propuesta de 3 años posteriores a la escuela secundaria, sin llegar a ser un terciario. Luego lo notamos en Cascos Verdes, donde se recibió de Educador Ambiental, hizo algunas prácticas laborales y luego, la formación laboral de la UCA.

Durante ese tiempo fue sumando distintos aprendizajes, como la escritura perfecta, y fue trabajando algunas de sus dificultades, con las matemáticas, por ejemplo (eso sigue siendo hasta el día de hoy). Seguimos siempre enseñándole para que pueda manejar el dinero, para que pueda entender si le alcanza la plata si va a comprar o a tomar algo con un amigo, cuánto puede gastar en función de lo que lleva, etc. Creció en su autonomía, aprendió a viajar solo (nosotros vivimos en Lanús así que tomaba dos colectivos para ir a cursar) y eso sirvió un montón porque es el día de hoy que tiene incorporados algunos trayectos donde se maneja con total autonomía y sabe manejarse en la calle; le ha pasado de perderse por bajarse mal del colectivo pero sabe dirigirse a una persona y preguntar dónde está y cómo llegar a un determinado lugar.
Desde lo artístico, empezó en Las Ilusiones primero en la sede de CABA, así que viajaba solo hasta ahí y cuando se abrió la sede en Lanús se cambió.
En la foto, con su sobrina Julieta
Hizo teatro, teatro musical y en la pandemia descubrimos que le gustaba mucho hacer actividad física, así que comenzamos a hacer gimnasia en casa. Luego lo anotamos en el Club Lanús donde comenzó con atletismo con un equipo de profesores increíbles, que lo han integrado en un grupo de jóvenes sin discapacidad, hace carreras, salto de vallas, salto en largo, lanzamiento de bala y ha participado de los Juegos Bonaerenses. La verdad es que tiene un compromiso increíble con el atletismo, le gusta con locura y entrena tres veces por semana. Además, los sábados por la mañana está trabajando en el club como asistente de Redes, que es un grupo de educación física para chicos con discapacidad, que son los más pequeños.

Para sumar a su recorrido, en el 2014, a través de Cinthia, conocimos a Magomi, que quería incorporar un asistente a su show de magia. Nos preguntaron si nos interesaba la posibilidad de que Ale fuera su asistente, poniendo música, alcanzando los elementos. Cuando empezaron a trabajar juntos Omi descubrió que Ale tenía facilidad para aprender los juegos de magia y lo transformó en mago.

Así surgió Magia Inclusiva, donde han hecho una experiencia increíble, montando un espectáculo que tuvo un éxito tanto nivel nacional como internacional. Fueron reconocidos por el Ministerio de Cultura de la Nación, recibieron un montón de nominaciones y premios en distintos lugares, Ale fue reconocido como personaje destacado de la Ciudad de Lanús, entre otras menciones. Además, han viajado por España, Chile, como también por distintas provincias. Para Alejandro, Magia Inclusiva significa muchas cosas, es, fundamentalmente, un trabajo en el cual gana dinero con los shows, lo que le ha permitido ahorrar, irse de vacaciones con amigos o ir a merendar con un amigo. Así que fue de una gran relevancia porque le permitió crecer y valorar lo que él hace, y todo su compromiso para cumplir con los shows, ser amable con la gente; fue todo un aprendizaje.
Desde que Ale nació tuvimos el apoyo de toda la familia, todos lo sumaron como uno más y lo trataron como uno más; fue muy importante eso. Luego, nació su hermano menor y eran como mellizos (porque se llevan casi un año y 20 meses) y para su hermana mayor, Melisa, (que se llevan cinco años) era un juego estar con él, estimularlo le salía espontáneamente. Así que desde el lado de la familia, abuelos, tíos, todos fueron realmente muy muy buenos con Ale, eso fue lo que él recibió, la contención familiar.

¡Gracias Patricia por tan hermoso recorrido de vida!
Gracias infinitas a uds por darle lugar a nuestro hijos acercándolos al arte que tanto bien les hace en su desarrollo personal
Es una felicidad para nosotros formar parte de esta comunidad con ustedes 🙂
Hermosa nota, donde Patricia relata con amor y orgullo la experiencia, inesperada, de su vida, la de Ale y de toda su increíble familia, un ejemplo, que muchas familias deberían imitar, teniendo todo, nos quejamos, saludos!!!