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27 de marzo: Día Internacional del Teatro

En 1962, por iniciativa de la UNESCO y a través del Instituto Internacional del Teatro, se declaró esta fecha como el día internacional de las artes escénicas. La historia de este día se remonta al momento de la reconstrucción europea: desde 1954, todos los 27 de marzo se daba inicio a la temporada en el Teatro de las Naciones de París, evento con en el que se pretendía lograr una comunión entre los países luego de finalizada la Segunda Guerra Mundial. 

El objetivo de celebrar este día de manera mundial se basa en dar a conocer el mundo de las artes escénicas a más personas, promover el teatro en todas sus formas, crear conciencia sobre su valor y permitir que la comunidad teatral promueva su trabajo a gran escala, para que los gobiernos y los líderes de opinión sean conscientes de la importancia del teatro. Por eso, durante esta jornada se representan innumerables obras para todas las edades en distintos teatros del mundo. 

En Las ilusiones hoy somos más de 400 artistas. Quisimos escuchar a algunos de ellos y que nos cuenten lo que para ellos es el teatro, la actuación, cuáles son sus sueños y obras que han disfrutado hacer.

Mariano Carabajal es coordinador de las sedes CABA, Ramos Mejía y Maschwitz. “Cuando tenía 15 años, mi mejor amiga nos invitó, a un amigo y a mí, a hacer un taller de teatro en la Casa la Cultura de Garín. Ahí hice mi primer taller y mi primera obra que fue ‘Prohibido suicidarse en primavera’. Dejé por un año y retomé en el 2006 con un grupo del municipio de Escobar, que era una compañía teatral que hacía obras de teatro independiente, creaciones originales del director. Gracias a eso empecé a meterme en el mundo del teatro pero desde la producción, desde la creación y los ensayos. Durante el 2007 y 2008 fui a muchos festivales, viajé por el norte, por el sur, por la costa y eso hizo que me enganchara muchísimo más con el teatro. Disfrutaba mucho poder contar historias a la gente, hacerlas reír o emocionar, hacerlas pensar.

Para mí el teatro es una herramienta que ayuda mucho a cambiar a las personas. A mí como actor me cambió un montón. Yo estudié licenciatura en actuación en la Universidad Nacional de las Artes y esa carrera, más allá de formarme como profesional, también siento que me formó y me cambió como persona, gracias a todos los maestros que tuve y transitando etapas muy buenas también etapas de conflictos y de crisis. Etapas que me sirvieron para crecer y madurar como la persona que soy hoy. Por eso, mi sueño como actor, pasa por transformar al público que me ve en el escenario. Sea en base a lo que yo muestro en la obra, dependiendo de la temática, de lo que se proponga como prueba o como contenido. Que siempre se lleven un mensaje, me gusta actuar frente a un público que sea activo y que, no solamente mire, sino que reflexione, que le pasen cosas. Y actualmente, ‘El sueño de Nahuel’ (foto), que es la última obra que estoy haciendo, como actor, me genera mucha satisfacción porque ahí lo que logro es que las personas tomen conciencia, en este caso, sobre la discapacidad. Para mí el teatro es un universo de posibilidades donde podemos jugar, donde podemos aprender, donde nos podemos animar a ser y a hacer, lo que a veces no nos animamos en nuestro cotidiano. El teatro tiene esas licencias, nos permitimos ser otras personas, nos permitimos trabajar con otras energías, abre un mundo de nuevas posibilidades para conocerse, descubrirse y saber que quizás tenemos costados o herramientas bastante dormidas. El escenario, una clase, un profesor, un compañero, una escena o una obra de teatro o un personaje las despiertan y nos transforman, entonces, para mí el teatro es un universo que transforma, tanto a los que lo hacemos como a lo que los vemos. Y eso me parece lo maravilloso del teatro”.

También conversamos con Pedro Molina, actor de la Sede de San Isidro y vocal de nuestra ONG Despuntado. “Las Ilusiones me abrió las puertas para convertirme en un gran actor. Hicimos bastantes obras, como El perro del hortelano, una obra hermosa con mucha luz, baile y coreografías. Cada vez que la hacía me sentía en familia, dejaba de pensar en mí y pensaba en todo lo que hacía como actor. También hicimos Los Tartufo, Los Locos Adams, La Novicia Rebelde; todas obras que me hicieron crecer y conocer lo que es ser actor. Hay una obra en particular que me encantó que fue “Los Hermanos Montesco”. Ahí me di cuenta del sentido del actor y pude compartirle a mi personaje de Romeo, mi discapacidad. Mi sueño es actuar en la tele, en las historias de Adrián Suar, si alguien lo conoce que me guíe hacia él”, nos contó.

Pedro, en “La Novicia Rebelde”

Por último, tuvimos la palabra de Santiago García, actor y asistente de las sedes Villa Ballester y San Isidro. ”Descubrí el teatro en la primaria. En mi escuela, los alumnos de 7mo grado siempre hacían una obra al final del año para el resto del colegio y los padres. Durante el año hacíamos escenas breves y ahí se despertó la inquietud ‘que lindo esto’, pensaba. Me gustaba hacer reír, me divertía y me sentía cómodo. También me imaginaba trabajando en la tele. Mi mamá me escuchó y me anotó en una escuela de teatro y ahí descubrí un mundo que me fascinó y que no conocía (porque no era de ir a ver obras)”,  nos contó cuando le preguntamos cómo se acercó al teatro. ”Disfruto muchísimo de actuar y la realidad es que, con el tiempo me di cuenta de que actuando me siento mucho más honesto que en cualquier otro ámbito de mi vida, más genuino, más yo. Me siento libre, respondiendo a lo que me pasa sin especular, sin filtros. Porque en la vida todo el tiempo estamos tapando cosas, por los roles que nos toca cumplir y que a uno lo terminan encasillando. Es loco pensar que en un lugar donde se cree que uno deja de ser uno, es el momento más honesto y más libre (aunque uno siempre actúa desde lo que uno es, siente, piensa e imagina)”, reflexionó cuando quisimos saber qué era lo que más le gustaba de actuar. ”Los sueños creo que se van modificando y a veces uno se olvida de qué era lo que esperaba y cuando las cosas empiezan a suceder, no las valora tanto. Hasta que se da cuenta de que eso era una gran meta antes. Con lo cual los sueños van creciendo y uno va queriendo más y hay que detenerse a valorar el proceso que nos ha traído al lugar donde estamos, a esos sueños cumplidos”, cerró Santiago.

Santiago, con Pedro, antes de salir a escena en “Los Hermanos Montesco”, obra adaptada y dirigida por Juan Ignacio Acosta.

Esto es el teatro para ellos, así lo viven, lo sienten y lo comparten. Y para vos, ¿qué es el teatro?

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